Jingdezhen es una ciudad ubicada en la parte noreste de la provincia de Jiangxi, China. Es conocida como la "Capital de la Porcelana" ya que ha sido un centro de producción de porcelana durante más de 1.700 años.
La ciudad está situada a orillas del río Chang y está rodeada de colinas y montañas, lo que proporciona un paisaje natural pintoresco. Tiene una población de alrededor de 1,5 millones de personas.
Jingdezhen tiene una rica historia que se remonta a la dinastía Han, y se convirtió en un importante centro de producción de porcelana durante la dinastía Song. La industria de la porcelana de la ciudad alcanzó su punto máximo durante las dinastías Ming y Qing, cuando produjo exquisitas piezas de porcelana que eran muy codiciadas tanto en China como en todo el mundo.
La ciudad alberga el Instituto de Cerámica de Jingdezhen, que es una institución líder en educación e investigación de artes cerámicas en China. Atrae a estudiantes de todo el país y del extranjero que vienen a aprender técnicas cerámicas tradicionales y explorar el arte cerámico contemporáneo.
Jingdezhen es un destino turístico popular, que atrae a visitantes con sus sitios históricos, museos y talleres de cerámica. La ciudad ofrece a los visitantes la oportunidad de presenciar todo el proceso de fabricación de la porcelana, desde la preparación del barro hasta el esmaltado y la cocción, e incluso probar suerte en la fabricación de sus propias cerámicas.
En los últimos años, Jingdezhen también ha trabajado para promocionarse como un centro cultural y artístico. La ciudad acoge exposiciones y festivales internacionales de cerámica, atrayendo a artistas y coleccionistas de todo el mundo. Su rico patrimonio cerámico y su ambiente artístico la convierten en una ciudad vibrante y dinámica para los entusiastas del arte.
Además, Jingdezhen también cuenta con atracciones naturales como la montaña Lushan y el lago Poyang, que ofrecen a los visitantes oportunidades para actividades al aire libre y experiencias escénicas.
En general, Jingdezhen es una ciudad que combina encanto histórico y artístico, lo que la convierte en un destino imprescindible para aquellos interesados en la cerámica y la cultura china.