Hay varias ciudades que históricamente se conocen como ciudades imperiales, pero la más famosa es Roma. Roma fue la capital del Imperio Romano y tuvo inmenso poder político, cultural y económico en su apogeo. Era el hogar de los emperadores y fungía como centro de gobierno y administración.
Otra ciudad imperial muy conocida es Constantinopla (ahora Estambul), que fue la capital del Imperio Bizantino. Estaba estratégicamente ubicada y actuaba como puente entre Europa y Asia, convirtiéndose en un centro de comercio e influencia.
Otras ciudades imperiales incluyen París, que fue la capital del Imperio Francés bajo Napoleón Bonaparte, y Tokio, que fue la capital del Imperio Japonés durante la Restauración Meiji. Estas ciudades tuvieron una importante importancia política y cultural durante sus respectivos imperios.